martes, 17 de mayo de 2011

problemas con Simba y Nala

y estos me siguen haciendo de las suyas... mientras me rompen cosas, bueno, se puede aguantar. pero cuando lo que hacen es un delito de sangre, la cosa ya es diferente. la última que me hicieron yo creo que es la que más pena me ha dado.
tras una de sus trastadas destructoras se quedaron castigados a dormir fuera de casa. quizás no sea mucho castigo para ellos, pero algún ratillo si que lo tienen que notar. el  problema fue que el huracán Simba y Nala continuo con su destrucción esa noche, y se llevó por delante la vida de los que acababan de tenerla. Nuestra gatita Gati tuvo a sus  pequeños esa noche, y los perros dieron fin con ellos. la pobre por la mañana estaba desorientada, buscaba a su prole por la toalla sin encontrarla. al final arrullaba la toalla, que aún conservaba el olor de sus pequeñines, y le ronroneaba. daba mucha pena. al día siguiente, en un despiste de la otra gata, le robo un gatito y le estuvo dando de mamar. no se si hice bien o mal, pero se lo quite.
así que no hemos tenido ocasión de conocerlos ni verlos, ni poder disfrutar con su crecimiento. sin embargo estoy segura de que Gati tendrá otra oportunidad de ser mamá y vigilaré porque no vuelva a ocurrir lo mismo.

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